Mercado inmobiliario en Argentina: qué esperar en 2026

El mercado inmobiliario argentino cierra 2025 con señales claras de recuperación, pero con desafíos estructurales que definirán si esa tendencia puede consolidarse en 2026. Tras años de piso en compraventas y crédito hipotecario casi inexistente, el sector muestra reactivación en algunos indicadores claves, aunque todavía lejos de una expansión sostenida. 

2025: un año de transición
Especialistas del sector destacan que 2025 fue un año de transición marcado por un rebote en la demanda, pero sin alcanzar una plena expansión. La expectativa política y la volatilidad económica limitaron la dinámica del mercado, aunque algunos segmentos empezaron a mostrar recuperación real.

Marta Liotto, presidenta del Colegio Inmobiliario de CABA, remarcó que se vio un incremento en la intención de compra, aunque condicionado por la incertidumbre económica. Simultáneamente, el segmento de alquileres se reacomodó después de la derogación de la Ley de Alquileres con mayor oferta pero altos costos operativos, especialmente por expensas elevadas.

Los tres pilares para 2026
Para que la recuperación no sea efímera, expertos coinciden en que el año próximo dependerá de tres factores fundamentales:

1. Crédito hipotecario accesible
El acceso al crédito sigue siendo uno de los principales frenos para consolidar la recuperación. Aunque el retorno de hipotecas impulsó algunas operaciones, las tasas siguen siendo elevadas y los requisitos de ingreso excluyen a gran parte de la clase media. Expertos sostienen que un mercado hipotecario masivo, con tasas predecibles y plazos largos (15–30 años), es clave para democratizar el acceso a la vivienda.

2. Estabilidad macroeconómica
La previsibilidad económica y política aparece como condición sine qua non. El alto costo de la construcción se traslada a los precios de venta, que terminarían por no ser validados por el mercado si se mantienen elevados. Una inflación controlada, estabilidad cambiaria y simplificación de costos de transacción —como impuestos y gastos de escritura— pueden ser catalizadores para mayores operaciones inmobiliarias.

3. Impacto post-electoral
El resultado de las elecciones y las señales de políticas públicas generaron expectativas positivas. El relanzamiento de mecanismos de financiación y mayor impulso a proyectos en pozo brindaron cierto optimismo entre desarrolladores y corredores, que ven en 2026 una ventana para consolidar la agenda sectorial.

El mercado de alquileres
En el segmento de alquiler, la oferta llegó a crecer fuertemente tras la modificación de la normativa anterior. Sin embargo, el mercado todavía no muestra una dinámica de cierre inmediato: un inmueble puede tardar más de un mes en concretarse. Además, las expensas representan una porción importante del costo total, lo que frena decisiones tanto de inquilinos como de propietarios.

Recomendaciones para inversores
Los referentes del sector ofrecen claves para quienes buscan invertir: 

• Preservar capital: apostar por inmuebles con buen precio relativo.
• Unidades chicas con alta liquidez: departamentos de 1–2 ambientes en zonas con demanda constante suelen alquilarse más rápido.
• Diversificación: combinar unidades pequeñas con otras inversiones (como lotes o casas en zonas de expansión) puede equilibrar riesgo y rendimiento.
• Nichos con potencial: locales comerciales, galpones o espacios logísticos vinculados al comercio electrónico muestran buena rentabilidad en nichos específicos.

Proyecciones para 2026
Los precios de venta podrían mantenerse relativamente estabilizados, con subas moderadas si el crédito crece en volumen y la macroeconomía acompaña. En alquileres, las expectativas son de incrementos cercanos a la inflación proyectada si el mercado se normaliza y la oferta continúa siendo amplia.

Fuente: https://www.ambito.com/